La inauguración de los Juegos Paralímpicos de París 2024 brilló con un mensaje poderoso de inclusión bajo el lema «De la discordia a la Concordia». Celebrada en la histórica Plaza de la Concordia, en lugar del tradicional estadio, la ceremonia abrió un nuevo capítulo en la historia de los Paralímpicos.
La coreografía de Alexander Ekman, dirigida por Thomas Jolly, destacó la paradoja de una sociedad inclusiva que aún enfrenta prejuicios hacia las personas con discapacidad. La ceremonia comenzó con una impresionante formación de los Alphajet, seguido de una danza que simbolizaba la superación de la discordia a través del arte y el deporte.
La Plaza de la Concordia, cargada de historia desde la Revolución Francesa hasta el presente, acogió a unas 50,000 personas que vieron desfilar a un récord histórico de 168 delegaciones, incluyendo a Eritrea, Kiribati y Kosovo, por los Campos Elíseos.
El nadador Théo Curin, miembro de la Comisión de Atletas de París 2024, protagonizó un cortometraje que precedió el desfile. La música jugó un rol crucial con actuaciones de Chilly Gonzalez, Christine and the Queens y DJ Myd, que animaron el evento mientras los asistentes disfrutaban del desfile nacional.
Uno de los momentos más emocionantes fue el vídeo que recorrió la historia del movimiento paralímpico desde 1948. La ceremonia culminó con el izado de la bandera francesa al ritmo de la ‘Marsellesa’, adaptada por Víctor le Masne.
Los discursos destacaron la importancia de los Juegos como una «revolución de inclusión». Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Internacional, y Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador, subrayaron el poder transformador de los Juegos Paralímpicos.
El punto culminante llegó cuando la antorcha paralímpica, llevada por destacadas figuras como Florent Manaudou y Oksana Masters, encendió el pebetero con la Torre Eiffel iluminada de fondo. La ceremonia concluyó con un deslumbrante espectáculo de fuegos artificiales y la icónica canción ‘Je t’aime moi non plus’, de Serge Gainsbourg, cerrando una noche inolvidable para el movimiento paralímpico.