La Alternativa para Alemania (AfD) ha marcado un hito al convertirse en el primer partido de extrema derecha en ganar unas elecciones estatales en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Este avance llega como un desafÃo significativo para el Gobierno del canciller Olaf Scholz, a menos de un año de las elecciones federales.
En las recientes elecciones, la AfD emergió como el partido dominante en el estado de Turingia con el 32,8% de los votos y quedó en un cercano segundo lugar en Sajonia, con el 30,6%. Estos resultados reflejan una creciente influencia de la extrema derecha en el paÃs.
Además, la nueva Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), un partido de extrema izquierda que también cuestiona el apoyo alemán a Ucrania y comparte algunas posturas antiinmigración, obtuvo el tercer lugar en ambos estados. A pesar de su reciente formación a principios de este año, ha logrado una presencia notable.
Estos resultados son preocupantes para la coalición de centro-izquierda del SPD de Scholz, que quedó en quinto lugar en ambos estados. Las encuestas actuales sugieren que la AfD podrÃa convertirse en el segundo grupo más grande del Bundestag si se celebraran elecciones federales hoy, mientras que el SPD caerÃa al tercer lugar.
Scholz ha calificado los resultados de «amargos» y ha instado a los partidos a excluir a la AfD de cualquier coalición de gobierno estatal, apelando al principio del «cordón sanitario» para evitar alianzas con extremistas de derecha.
Alice Weidel, colÃder de la AfD, describió los resultados como un «réquiem» para la coalición de Scholz y cuestionó su capacidad para seguir gobernando. En un mitin en Erfurt, Weidel afirmó que Alemania se ha convertido en «un paÃs sin fronteras» y abogó por la expulsión inmediata de todos los inmigrantes ilegales y criminales.
Fundada en 2013 inicialmente en oposición al euro, la AfD ha evolucionado hacia una plataforma que combina crÃticas económicas con una firme oposición a la inmigración, posicionándose como una fuerza disruptiva en la polÃtica alemana.